Una de las cosas buenas que tiene el verano es que tiene muchas horas de luz por lo que podemos hacer muchas más cosas al aire libre. En contrapartida se duerme menos.
Otro punto a favor es que nos podemos poner morenos y absorbemos más vitamina D, en cambio el sol puede quemarnos, dar alergias, incluso problemas de salud más graves.
La temperatura puede ser satisfactoria para algunos y, sin embargo, para otros un infierno.
Otra ventaja es que un alto porcentaje de personas tienen las vacaciones en verano y la ilusión de irse a algún sitio. Por contra, hay gente que trabaja el doble o no tiene recursos económicos para realizar ningún viaje.
El verano se suele asociar con época de relajación, disfrute, amoríos, alegría, tapeo, socialización... Pero la otra cara es a veces el estrés de pasar más tiempo del habitual con la familia o determinados trabajos que tienen más carga.
La gente se abre más a experiencias nuevas y conocer más cosas lo que en ocasiones lleva a mayor gasto superfluo.
Mientras que se tiende a comer más fresco y ligero, las reuniones nos llevan también a comidas más abundantes.
Lo bueno es que vienen turistas y dejan un beneficio económico aunque puedan dificultar el tránsito a la gente local.
No hay comentarios:
Publicar un comentario