lunes, 3 de mayo de 2010

INTELIGENCIA EMOCIONAL


Aprender sobre las emociones

"Las personas con habilidades emocionales bien desarrolladas tienen más probabilidades de sentirse satisfechas y ser eficaces en su vida, y de dominar los hábitos mentales que favorezcan su propia productividad; las personas que no pueden poner cierto orden en su vida emocional libran batallas interiores que sabotean su capacidad de concentrarse en el trabajo y pensar con claridad".
Dr. Daniel Goleman

Debemos ser capaces de reconocer nuestros propios sentimientos esto nos dará una mayor posibilidad de poder controlarnos mejor, ya que el estado de ánimo influye considerablemente en lo que hacemos.

La inteligencia emocional nos permite tomar conciencia de nuestras emociones, comprender los sentimientos de los demás, tolerar las presiones y frustraciones que soportamos en el trabajo, acentuar nuestra capacidad de trabajar en equipo y adoptar una actitud empática y social, que nos brindará mayores posibilidades de desarrollo personal.

Es necesario saber expresar las emociones, saber comunicarlas de forma correcta ya que son un sistema de comunicación y por ello tenemos que ser capaces de crear el mensaje y también saber descifrarlo, ya que en algunas personas sus emociones son difíciles de entender. Esto es más importante debido a que existen grandes diferencias entre nosotros a la hora de expresar distintas emociones. Para ello es necesario tener la capacidad de leer en los demás, tanto a nivel expresivo como de comunicación no verbal y muy importante también saber distinguir las emociones verdaderas de las fingidas, de las manipuladas.

Todos sabemos que no todas las expresiones emocionales son verdaderas por lo que tenemos que identificar correctamente los sentimientos ya que de no ser así no podremos utilizarlas, ni comprenderlas ni regularlas. El mejor medio para comenzar a desarrollar esta capacidad de identificación es hacerlo por nosotros mismos. Para ello se presentan tres formas de hacerlo: ser conscientes de nuestros sentimientos y emociones, ser conscientes también de nuestra expresividad emocional y, por último, ser conscientes de los sentimientos y emociones de los demás.

Usar las emociones, tener el estado de ánimo adecuado, es un elemento clave para guiar el pensamiento y el conocimiento. Para ello, para el uso inteligente de las emociones debemos prestar atención a nuestros estados de ánimo y sacarles partido ya que, por ejemplo, cuanto estamos asustados nos fijaremos más en los detalles del entorno y cuando estemos contentos podremos explorar ese mismo entorno para encontrar nuevas oportunidades.

También tenemos que ver las cosas desde el punto de vista de los demás; la empatía requiere que generemos una emoción similar al de la otra persona y así comprenderle mejor al compartir un mismo estado emocional. Conforme vamos cambiado nuestro estado de ánimo también cambia nuestro pensamiento así que debemos sentir de otra manera para poder pensar de forma distinta, por lo que debemos mantener un registro emocional amplio mediante nuestras vivencias personales. Todas las decisiones tienen una parte lógica y otra de emoción, incluso la elección acertada de un trabajo. Debemos usar las emociones para resolver problemas generando el estado de ánimo más apropiado para ello.

El sin emociones no hay pensamiento con lo que se puede decir que el estado de ánimo influye en el pensamiento; todos sabemos qué hay estados de ánimo adecuados a cada momento: estar en un velatorio contento no es socialmente adecuado. A su vez, el estado de ánimo también influye en la toma de decisiones; un talente positivo puede potenciar la toma de decisiones creativa y uno talente negativo nos puede ayudar a revisar concienzudamente un informe. Los estados de ánimo controlan la atención y tienen mucha relación con la memoria y con los juicios que hacemos de las personas. Para terminar decir que cómo nos sintamos tiene una gran relación con la memoria. Recordamos mucho mejor aquello que tenga una implicación emocional y recordaremos mejor algo si lo hacemos cuando tengamos el mismo estado de ánimo que cuando recibimos la información. Los recuerdos cargados de emociones se recuperan mejor con lo que cuanto comuniquemos, la función emocional debe estar muy presente.

Para usar las emociones, debemos ser capaces de ajustar nuestros estados de ánimo a cada situación. Las emociones no son buenas ni malas sino que son positivas o negativas en función de que nos permitan o no conseguir nuestros objetivos, nuestro bienestar y el de los demás.

2 comentarios:

Blog Unidad Rehabilitación Salud Mental Hospital Macarena dijo...

Hay una corriente en rehabilitación cognitiva que da gran importancia a muchos de los procesos que habeis nombrado en este artículo, los autores le llaman cognición social. Parece ser que este tipo de cognición sirve de mediador entre procesos básicos como son la memoria y la atención y procesos mas complejos relacionados con nuestro funcionamiento en todos los ámbitos de la vida.

CRPS León dijo...

Es increible que algo tan importante como la inteligencia emocional no se haya empezado a trabajar antes, pero como dice el refrán, "más vale tarde que nunca"