EXCURSIÓN A PEDRÚN

    Empezamos un día maravilloso, despejado. Sabíamos que nos esperaría un día de sol muy chulo.

Después de coger el autobús y luego el tren de feve, llegamos a nuestro destino...Pedrún.

    Lo primero que me llamó la atención fue o tranquilo que era. Sólo se oía el sonido de los pájaros, la monitora, Sacha, nos dijo que había en teoría 91 habitantes en ese pueblo. ¡Asombrada me quedé!

     Todo era verde, todo bosque, un río (no recuerdo el nombre ),  la iglesia que estaba orientada hacía ese precioso río; un lavadero, que me llevó a recordar mi infancia cuando mi abuela lavaba la ropa en uno igual mientras estaba de cháchara con sus vecinas toda la mañana o tarde, según se terciase.

    Dimos unas vuelta por el pueblo, todo muy pizpireto con macetas decoradas de niños y niñas, cocineras, médico, pareja con el traje tradicional... un sin fin de personajes.

  Nos encontramos con tres personas.

 Lo más chulo!!! la ventana. Una hermosa ventana gigante. Por un lado veías el río con la preciosa iglesia y por el otro, bosque y montaña, lo que más te gustase, total, esa ventana estaba ahí, en ese lugar para que por primera vez en mucho tiempo, no tuviera que tomar decisiones, porque podía quedarme con todo.

    En definitiva, hacía tiempo que no disfrutaba tanto. Con el grupo que ya somos una gran familia , me lo pasé como una enana. No sé si era el grupo, el lugar, los pájaros, el sol, la tranquilidad de que estaba a salvo...

¡¡¡Ese día fui super feliz!!!

Sólo puedo dar gracias...y espero volver pronto a Pedrún.