Un viaje muy bonito con sabor amargo (y no por el cacao)
El día 12 de septiembre el destino nos llevó a Astorga. Fue excepcional, espectacular. Estuvo
llena de sol y lluvia, risas y lágrimas. Lo pasamos muy divertido, pero con la sensación de que
se nos iba algo importante.
Viajamos desde León en un microbús. Uno de nuestros compañeros nos puso música en el
móvil de Freddie Mercury. Tardamos en llegar a Astorga tres cuartos de hora. Había un día
despejado, ni una nube. Hacía bueno, muy bueno, sobraba ropa.
Comenzamos con una visita al Palacio de Gaudí, una preciosidad. Íbamos con guía que nos iba
explicando toda la historia de cómo fue construido el palacio. Al ir con guía es una pasada, te
explica todo y es espectacular. Nos enteramos de que éste no fue acabado por el famoso
artista y la iglesia se las tuvo que arreglar para terminarlo. Lo que al final consiguió con
honores. Cada habitación, cada rincón, cada escultura, cada vidriera tienen su historia. Es una
verdadera joya con sus vidrieras y sus arcos y capiteles. Tuvimos que subir por una escalera
tres pisos para ver las diferentes salas. Me ha gustado visitar el Palacio Episcopal y ver todo el
arte y la historia que hay allí.
Luego fuimos a la fábrica de Chocolate. En el museo de chocolate vimos los distintos moldes y
artilugios donde se hacía el chocolate. ¡Qué chulada las máquinas! Para moles cacao, para
mezclar, etc, etc. Al salir nos dieron un sobre con 3 onzas de chocolate. ¡Uhhmm qué rico!
Después salimos y comimos un bocadillo en un parque de Astorga. Luego nos fuimos a tomar
un café. Tuvimos la suerte de librarnos de la lluvia que aguantó hasta que prácticamente
íbamos a volver a casa.
Y ya al final, llegó lo peor, la despedida de nuevo hacia Miguel. Le hicimos que dijera unas
palabras. Fue muy emotivo. Me sentí como si fuera otra vez aquella chiquilla que iba en el
autobús cantando canciones y montando bulla. Los monitores no sé si reían o se enfadaban.
Cuando cantamos canciones a Miguel y le hacíamos la ola, ya que sería la última vez que le
veríamos, puesto que se marcha a un trabajo que él deseaba y había estado luchando por ello.
Gritamos “hurras” hacia Miguel, canciones, jugamos con las curvas…y al llegar a León, un
abrazo en grupo donde apretujamos a Miguel todo lo que pudimos y más. Fue un día muy
completo.
Cuando bajamos del autobús sabíamos que todo lo vivido, no solo ese día sino todos los días,
habían sido momentos especiales e inolvidables… A empezar de nuevo cada uno por su lado. El
gran abrazo colectivo dio fin a la excursión y a una nueva etapa en el CRPS.
P, L, C, L, M
3 comentarios:
Siempre he tenido en mi conocimiento la ciudad de Astorga como una ciudad dedicada a la espiritualidad religiosa. Lo que más me gusta de Astorga es la noche larga o noche Bruja. que cuando era más joven pasaba 12 horas por las discotecas y los bares.
Raúl
No pude ir a la excursión. Me hubiera encantado ir, ya que yo no conozco Astorga. Me da mucha pena porque me lo perdí todo, pero lo importante es que se lo pasaron muy bien y eso me produce mucha felicidad.
Susana
Publicar un comentario