LA MAGIA DEL AMOR

    

    Corría ya por los siglos ya antiguos, cuando Mariela, joven y bella, ya iba destacando en su tiro al arco frente a sus competidoras, las chicas de los pueblos contiguos, no antiguos.

    Mariela tenía un ojo muy vivo, digno del mayor contrincante; ya aún fuera un hombre. Mariela tenía un arco de columna vertebral perfecto y sus piernas eran las más largas con trecho de todas las vistas en la zona, era una chica que no paraba; fútbol, piscina, correr... era una auténtica triatlón de nuestra era.

    Mariela era apasionada no solo con los deportes; con la limpieza; rastreaba cada objeto con agua y jabón, con la caza; era sumamente paciente y su fuerza en las piernas la hacía aguantar grandes tiradas: de caza y pesca con los niños; inventaba cualquier juego nuevo que pudiera gustarles: correr al revés, hacer plastilinas, aprender poesías larguísimas, aguantar la respiración, leer en voz muy, muy alta un texto íntimo, pasar de un idioma a otro rápidamente.

    Esto último era lo que más le costaba porque no podía viajar por motivos de dinero pero lo otro lo sabía hacer como de la A a la Z.

    Es que Mariela valía mucho, mucho valía Mariela, y un día recordando alguna de sus poesías oyó unas voces de un joven potente y bastante locuaz que creyó medio loco al oírle hablar solo en un discurso tipo mitin   con gran poderío y firmeza, pero con sencillez para ganarse al público. Ella estuvo escuchándolo atentamente tanto que cuando acabó el discurso, Mariela empezó ¡¡¡splash, splash!!! aplaudiendo, ¡¡¡eres estupendo, me pareces el mejor, seguro que puedes hacerlo tu solo y todo!!! El joven lozano muerto de vergüenza quedó sonrojado y ante tal belleza me sonrojáis mujer, no os asustéis de mi, si tengo vuestro voto y admiración me conformo. 

    Y así empezó una pequeña gran historia de mágico amor.

                                                               Pseudónimo: Peace and love